LOMLOE. Tareas pendientes

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La LOMLOE peca de algo muy básico, no integrar a la comunidad educativa en el debate y confección de la ley. El entendimiento y el pacto de Estado educativo solo vendrá de la mano de un diálogo abierto entre expertos en educación, y no solo entre políticos que además de no ser expertos priman lo ideológico y la estrategia electoral al debate puramente educativo.

En la tramitación de esta nueva ley el Gobierno ha agredido a la concertada. Hace un año, en el Congreso de Escuelas Católicas, ya sonaron “tambores de guerra”. La ministra de educación Celaá, en su intervención, ya preanunció la eliminación de la “demanda social” como criterio. No fue un lapsus, sino intencional. A mi modo de ver, la “agresión” viene más por las formas que por el contenido de la decisión. Frente a una expansión de la concertada desde el criterio de “demanda social”, la LOMLOE concede prioridad a la red pública. La Ley prohíbe a los municipios reservar suelo público para la construcción de colegios concertados.

¿Y después del instituto?

A finales del año 2020 se aprobó una nueva Ley de Educación, llamada LOMLOE. A continuación se muestra imagen de cómo quedan definidos los diferentes niveles educativos y las opciones de itinerario después del Instituto.

LOMLOE. Avances en medio de la polémica

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En poco más de 40 años hemos tenido siete leyes educativas, ocho contando la recién aprobada LOMLOE o Ley Celaá. Ninguna de ellas ha sido fruto de un gran pacto de Estado educativo. Se estuvo cerca con Ángel Gabilondo como ministro de educación, pero la llegada del PP al poder por mayoría absoluta en 2011 frustró el pacto. Los populares aprobaron la LOMCE o Ley Wert sin el más mínimo consenso. Solo contó con los votos del PP (182), la abstención (2) de Foro y UPN y el voto en contra del resto de la Cámara (137). Esta Ley supuso un cambio de gran calado respecto a la LOE.